Se utilizan en una gran variedad de equipos y aplicaciones, aunque se usan más comúnmente en vehículos y transportes aeroespaciales, automotrices, militares y marinos; lo que les trae varios beneficios al usarlos en sus motores como transferirles calor, controlar su temperatura, protegerlos contra la corrosión y el óxido, controlar su contaminación, darle un sello al combustible y potenciar su transmisión. Además, se pueden clasificar en cuatro principales categorías dependiendo de su origen, materiales bases para crearlos o su estado físico, teniendo los líquidos, semisólidos, sólidos y sintéticos.

Dentro de esas categorías se encuentran diferentes lubricantes que se usan en las industrias, es por eso que te mostraremos cuáles son los más comunes:

• Aceites industriales: son los más usados, son líquidos delgados hechos de largas cadenas de polímeros con aditivos para varias propiedades adicionales. Se pueden emplear cuando se quiera lubricar algo sin la resistencia inherente al uso de grasa o cuando necesites remojar una pieza en un espacio pequeño, sin tener que desarmar nada.
• Grasas lubricantes: tienen varias similitudes con los aceites, pero su diferencia especial es que las grasas cuentan con características más adherentes; se utilizan para el mantenimiento de rodamientos y engrasar acoplamientos y engranes, ya que puede adherirse a las superficies durante mucho tiempo para sellarlas y protegerlas del agua y el polvo.
• Pastas industriales: son lubricantes sólidos que su especialidad es su resistencia a fuertes cargas de peso y a altas temperaturas, se utilizan en rodamientos de marcha muy lenta, como los cojinetes lisos en procedimientos de deslizamiento simples.
• Anticorrosivos: son líquidos cuya finalidad es evitar la oxidación en componentes que integran a las máquinas y motores, ya que los protegen ante la oxidación, su defecto es que no son tan útiles para combatir el desgaste, por lo que no tienen una vida de uso larga.