En su interior, el funcionamiento del aire acondicionado comienza con un líquido refrigerante que se manda a la válvula de expansión que regula su paso, controla su expansión a alta presión y evita que se produzca la congelación del evaporador al utilizar el aire del ambiente; este componente, como dice su nombre, transforma el fluido en gas frío. De ahí se transporta hacia el ventilador que lo propulsa a través del filtro hacia el exterior, al mismo tiempo que se va enfriando. Parte de ese gas refrigerante se manda a través de un conducto al compresor que transforma el gas de nuevo al estado líquido. Prácticamente, todo el funcionamiento es por medio de un ciclo de intercambio de calor.

Es importante checar que este mecanismo este limpio y darle su respectivo mantenimiento, para esto se deben realizar numerosos trabajos. Manualmente se puede hacer algunas tareas sencillas para ayudar a mantenerlo, como limpiar el filtro y las salidas del aire, también revisar que no se quede agua o haya una fuga, por eso, se recomienda que el carro se lleve al mecánico en caso de que haya una falla mayor y se tenga que cambiar algún componente o sellar una fuga del gas, es importante también llevarlo cada 3 años a que le cambien el líquido refrigerante. Si no se hace el mantenimiento, el aire acondicionado perderá potencia, generará malos olores debido a la humedad que tenga por dentro, o si hay una fuga puede contaminar el medio ambiente.