Todos los conductores temíamos a esa hora del día, donde por más que buscáramos rutas alternas nos topábamos con el temible tráfico, lo peor es que últimamente no solo es en la famosa “hora pico”, ahora nos podemos ver envuelto en el tráfico cada vez que manejamos.

¿Cómo nos afecta el tráfico? A nadie le gusta tener que esperar en el tráfico, pues los traslados se han convertido en una actividad muy poco placentera, pero esto no solo se trata de la pérdida de tiempo, sino de un problema de salud pública y medio ambiental. El tráfico es producto de un inadecuado sistema de transporte público, pobres y nulas políticas de planificación urbana, así como una inadecuada cultura cívica del ciudadano.

Existen dos tipos de congestión de tráfico, la primera es la recurrente, lo que ocurre a diario y se debe a una falta de capacidad en la avenida, o en otras palabras son más los vehículos que viajan que los que caben físicamente. El otro tipo de congestión, no recurrente, es lo que se denomina como interrupciones temporales en los traslados, como el mal tiempo o el choque de algún vehículo.